Textiles de verano, frescos, ligeros y naturales
Hace apenas unos días que oficialmente llegó el verano, aunque si hablamos a efectos prácticos, hace ya unas cuantas semanas más que empezamos a notar sus efectos, ¿verdad? Y como todo ciclo en el calendario, implica repetir ciertas pautas o rutinas y una de ellas es acondicionar la casa para esta nueva estación del año. De todos los elementos que encontramos en ella, los textiles son quizás los que más protagonismo tienen con la llegada del buen tiempo, ya que, como tal ‘vestido de la casa’ -y como hacemos con nuestra ropa- debemos cambiarlos por unos tejidos más ligeros y frescos.
Obviamente, no se trata de cambiar todos los textiles de la casa en verano porque, de hecho, hay algunos que no se pueden como, por ejemplo, las tapicerías de los sofás, pero sí se puede hacer algunas adecuaciones que más adelante contaremos. La ventaja de los textiles es que son económicos respecto a otros elementos indispensables de la casa y por eso nos podemos permitir tener varias mudas según los meses del año que vamos implementando también según nuestros gustos. Eso sin olvidar el papel que juegan a nivel decorativo gracias a sus acabados y diseños. Lo cierto es que los textiles son uno de los grandes aliados del interiorismo, ya que variándolos, la casa parece otra!
Cambiar los textiles en toda la casa
Podría decirse que los textiles son el activo principal de la casa en cuanto a su adecuación para los cambios de estación. Porque son los más evidentes visualmente, también los más asequibles y, sobre todo, los que más juego dan para combinar y aportar esas sensaciones que siempre nos despierta, en este caso, el verano. Además, su aplicación es diversa, ya que abarca desde la ropa de cama hasta los accesorios del salón, las cortinas, las alfombras, etc., sin olvidarnos de los espacios exteriores, los más solicitados de la casa, y que tanto utilizamos en estos meses estivales. Incluso en la cocina y en los baños, aunque no varía tanto la materia de los tejidos que se usan en estas estancias, el cambio lo podemos hacer en cuanto a los colores o los estampados.
De lo que se trata es de que la casa desprenda ese ambiente veraniego, influenciado también por una mayor luminosidad de estos días más largos, con estancias amplias y abiertas con los tejidos al viento, toques de color llamativos y estampados refrescantes en cualquier rincón… «Y si es posible, cada verano trata de adquirir algún textil que sumar a los existentes, renovando los más antiguos, y de esta manera le das un aire nuevo a la casa», aconseja Eva Mesa, diseñadora de interiores y fundadora del estudio de interiorismo de Barcelona, Tinda’s Project.
Los tejidos estivales por excelencia
Los textiles de verano responden a unas características muy concretas en cuanto a su composición, siendo las fibras naturales las más predominantes, ya que resultan más frescas y transpirables y, además, son biodegradables y se pueden reciclar. Los dos tejidos por excelencia son el algodón y el lino, muchas veces mezclados con poliéster, resultando así también más económicos.
Qué duda cabe que el lino es el tejido por excelencia para los meses de verano. Es muy agradable al tacto, muy resistente y aporta ese aire rústico de connotaciones vacacionales tan agradables, ideal para una decoración de estilo mediterráneo, o con aires de campo. Además, se puede elegir tanto para sábanas como cortinas, plaids, cojines y tapicerías.
Los colores del verano para tus textiles
‘Por sus colores y estampados los reconocerás como textiles de verano’, que diría aquel. Y es cierto. Las principales tonalidades que se persiguen son las claras y neutras (blancos, crudos, beiges…) porque potencian la luz natural de la que tanto disfrutamos estos meses y porque aportan una mayor sensación de frescor y ligereza. Además, nos sirven como la base perfecta para cualquier combinación que se nos ocurra con otros acabados.
A este color claro neutro le siguen otros de base pastel, como el verde agua, el rosa nude, el lavanda o el naranja melocotón, por sus connotaciones relajantes. Y de ahí se pasaría ya a esos otros colores más subidos de tono, como el azul, el coral, el amarillo o el fucsia, tan veraniegos, e incluso podemos ir más allá apostando por algún toque flúor.
¿Con qué estampado veraniego para la casa te quedas?
Los estampados son otro de los aspectos que pueden distinguir un textil de verano, sobre todo si responde a connotaciones tan específicas como pueden ser las marineras, desde las clásicas rayas azules y blancas, hasta imágenes de estrellas de mar, caracolas, arena o sombrillas de playa. Los florales, tan característicos de la primavera, se perpetúan en las telas de verano de las casas por sus habituales llamativos colores. También estarían los textiles con estampados tropicales e incluso los llamados ‘jungle’. Y hay quien se atreve con aquellos de frutas de temporada, por qué no. Este, por ejemplo, podría ser una gran idea para los textiles de la cocina.
Y aunque menos llamativos por sus colores, pero igualmente muy relacionados con el verano, están los estampados étnicos. Sobre una base neutra, los dibujos se presentan en color negro, un tono poco habitual en estos meses, pero que siempre tiene sus excepciones si está bien integrado.
Los cojines, ese gran y versátil aliado textil
Como decíamos al principio, con la llegada del verano, el cambio de los textiles de la casa nos da mucho juego porque se puede aplicar en prácticamente todas las estancias. Lo más habitual suele ser la ropa de cama y, sobre todo, con un accesorio tan versátil como son los cojines, que ofrecen la ventaja de que simplemente cambiando la funda consigues ese aire nuevo. Los puedes colocar sobre la cama y también en el sofá y en los sillones, combinando diferentes tejidos, colores y estampados. Y también puedes leer nuestro post con las mejores ideas para decorar con cojines para inspirarte.
La tapicería de los sofás y sillones no se puede cambiar así tan alegremente, pero no pasa nada. Hay recursos textiles, precisamente, que te pueden ayudar, como los cojines, haciendo que parezca un sofá diferente al de invierno. Y si se da el caso que la tapicería es de un acabado caluroso, el recurso más sencillo es optar por cubrirlo con una funda o un plaid de un tejido veraniego.
En verano, no te olvides de las cortinas y las alfombras
Otra de las aplicaciones de los textiles de verano son las cortinas. En invierno solemos lucir tejidos más tapiceros, de colores oscuros, densos y más sufridos, pero en verano las ventanas y balconeras demandan a gritos un cambio que suele centrarse en cortinas tipo visillos, ligeras y vaporosas, habitualmente con tejido de algodón. La idea es que tamicen la luz, evitando la entrada directa del sol y dejando entrever el paisaje a través de ellas. Se pueden combinar con otras un poco más tupidas, de lino, por ejemplo, para que cuando llegue la noche, nos proteja de las miradas indiscretas exteriores. Y si quieres saber más, no te pierdas nuestras claves para elegir las cortinas perfectas.
¿Y qué decís de las alfombras? No son licencia exclusiva del invierno. Las de fibras naturales como esparto, yute, sisal, bambú, etc. tan de tendencia tienen un gran protagonismo en las estancias de la casa cuando llega el verano y son ideales para integrarse en cualquier estilo decorativo, no solo el rústico. A su función innata de vestir los suelos y delimitar ambientes, se suma la concienciación sostenible gracias a los materiales con los que se han fabricado estas alfombras.
Tratamiento especial para los tejidos de exterior
Y ya por último, recordar que, el hecho de hablar de verano implica el disfrute de los espacios exteriores, donde pasamos la mayoría del tiempo durante estos meses y donde también deben implementarse las mismas pautas estacionales para los textiles que hemos comentado en los interiores en cuanto a tejidos, estampados y colores. Pero atención, algo muy importante a tener en cuenta es la exposición al aire libre de estos materiales. ¿Esto qué significa? Que estarán a merced de las inclemencias del tiempo (lluvia, etc.) y, sobre todo, que recibirán la incidencia de muchas horas de sol, con el consecuente desgaste que ello conlleva.
Así pues, cuando vayas a vestir los exteriores elige aquellos tejidos pensados para este escenario y que suelen incluir tratamientos especiales como, entre otros, mayor resistencia a la luz solar (filtro UV) y a la humedad, capacidad para repeler la lluvia, antimanchas o fáciles de limpiar, e incluso pueden ser ignífugos. Prácticamente todas las marcas ya los incluyen en sus colecciones, pudiendo elegir entre una gran variedad de opciones, sin renunciar al estilo que más te guste.
Todas las imágenes que ilustran este post corresponden a proyectos realizados por el estudio de interiorismo de Barcelona, Tinda’s Project (©Mercè Gost).