Reforma de una casa con vistas al mar

Reforma de una casa con vistas al mar

El deseo de disfrutar de esta segunda residencia durante todo el año, es lo que motivó a su propietario a reformarla completamente. Esta casa adosada está situada en la emblemática urbanización de Empuriabrava (Girona), a apenas dos horas de distancia de Barcelona, donde tiene su vivienda habitual, también reformada por el estudio Tinda’s Project.

La confianza, pues, en un resultado satisfactorio estaba garantizado, si bien, en palabras del estudio, “es un cliente que se deja mucho hacer y aconsejar, es muy práctico, y lo pone todo muy fácil”, con lo cual, es evidente la positiva simbiosis existente entre ambas partes.

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Reforma en un destino vacacional

La vivienda forma parte de la marina residencial que caracteriza esta urbanización construida cerca de la playa y alrededor de una extensa red de canales artificiales inspirados en la ciudad de Venecia, plagados de pequeñas embarcaciones, la mayoría ancladas en la puerta de las casas de sus dueños.

Es por ello que, aparentemente, se trata de un destino vacacional muy visitado en verano pero, teniendo en cuenta que el propietario va a disfrutarlo ahora durante cualquier mes del año, una de sus principales peticiones era que no quería, precisamente, que la reforma mostrara una muy marcada estética estival.

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Luz de verano todo el año

El proyecto se basó en potenciar la gran luminosidad natural que reciben los espacios haciendo uso de colores claros, tanto en los textiles como en el mobiliario y los revestimientos, “buscando ese guiño al carácter mediterráneo que envuelve la casa, pero sin resultar excesivo, porque la idea, en este caso, es romper con el estigma de las segundas residencias vacacionales y dotarla de todas las comodidades y detalles que requiere una casa para todo el año”, comenta Eva Mesa, interiorista en Barcelona y co-fundadora de Tinda’s Project.

Así, la habitual paleta cromática de grises que caracteriza todos los trabajos del estudio se ha suavizado bastante, precisamente buscando este objetivo, y se apuesta más por el color blanco que incentiva esa desconexión y paz interior que el propietario viene buscando cuando se aleja de la gran urbe y se instala aquí.

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DISTRIBUCIÓN POR PLANTAS

Planta baja

La casa, de poco más de 100 m2 interiores y 50 m2 de exteriores, se distribuye en tres plantas (sótano, planta baja y primer piso), además del solárium de la cubierta, en una distribución de espacios, totalmente pensada para una persona que vive sola.

El acceso desde la calle da directo a una planta abierta que acoge los principales usos más sociales, es decir, salón, cocina y comedor, todo alineado a la izquierda para dejar el paso despejado hacia la terraza, situada al fondo y con acceso directo al embarcadero. Todo el mobiliario y equipamiento se ha realizado a medida y combina los tres tonos que caracterizan todo el proyecto: blancos, grises muy suaves y los beiges de las maderas y texturas naturales.

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En primer lugar se encuentra la cocina totalmente integrada, donde se incluye una isla que acoge tanto la vitrocerámica como la mesa de comedor ideada en forma de barra informal con dos taburetes.

A continuación se ubica la zona del salón delimitada por una gran alfombra sobre la cual se sitúa un gran sofá con chaise-longue y una mesa de centro y al frente, un mueble a medida para la televisión que combina partes cerradas de almacenaje y otras abiertas para exponer elementos decorativos, en diferentes acabados de maderas.

En esta misma planta hay también un pequeño aseo de cortesía, junto a la puerta de entrada.

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Primera planta

Desde aquí arrancan los peldaños de la escalera que acceden a la planta superior y que están revestidos del mismo pavimento de toda la casa para potenciar aún más la integración de todos los elementos. Teniendo en cuenta que el propietario vive solo, toda la suite se ha proyectado abierta, con la única excepción del habitáculo para el inodoro.

Y es que las paredes de la ducha son de cristal y, entre ésta y el lavabo, se ha situado en medio del espacio la bañera exenta y, además, el único murete que hace de separador entre el área del baño y el dormitorio ni tan siquiera llega al techo, precisamente para facilitar este efecto diáfano.

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Todo el ambiente cromático tan neutro de la planta principal se replica en ésta, incluyendo el mobiliario de la terraza con vistas al canal, con la única excepción de algunos pequeños detalles en el dormitorio, cómo no, elegidos en azul mar.

Desde esta planta y a través de una escalera de caracol exterior de estilo marinero, se accede a la cubierta de la casa proyectada como una terraza-solárium que se elevó para que las vistas alcanzaran el mar Mediterráneo. Aquí se ha recreado una zona chill-out de relax con una gran tumbona colocada junto a la sauna que quería el propietario.

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Planta sótano

Volviendo al interior, la escalera vertebra la comunicación entre las plantas, así, desde la planta principal también se accede al sótano con luz natural y perfectamente habilitado como una estancia más con fines multifuncionales.

En este caso, salvo el lavadero y baño completo independientes, el resto del espacio también se muestra abierto e incluye un gran sofá tipo cama balinesa (para acoger a algún invitado) y un escritorio junto a la ventana, además de varios armarios.

Además, la zona central se presenta despejada para la práctica de yoga, de ahí que el suelo esté cubierto por una moqueta.

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Fotografías: ©Mercè Gost

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