Puertas correderas, grandes aliadas del interiorismo
Hay elementos dentro del interiorismo de cualquier proyecto que resultan indispensables. Un ejemplo son las puertas. Y dentro de su papel clave, pueden presumir, además, de contar con diferentes tipologías, una ventaja que agradece mucho el interiorista dada la diversidad de necesidades con las que se puede encontrar en las viviendas que vaya a trabajar.
Uno de los tipos que existen son las puertas correderas y de ellas hablaremos en este post, teniendo en cuenta que el estudio de interiorismo de Barcelona, Tinda’s Project, implementa este recurso en muchos de sus proyectos, tal como demuestran todas las fotografías que ilustran el texto.
A tener en cuenta si queremos puertas correderas
El primer paso, y como parte del trabajo que desarrolla un interiorista, es estudiar y valorar cada caso en concreto, es decir, cuál es la mejor opción a elegir cuando se plantee la disyuntiva entre puertas abatibles (las más habituales) o puertas correderas. Además, no en todos los casos serán viables las correderas, por ejemplo, si la pared donde ha de ir tiene instalaciones o tomas de agua o de luz.
Está claro que el papel principal de las puertas correderas es el de transformar las dimensiones de la casa por la practicidad que aportan, especialmente cuando hablamos de espacios pequeños, y no hay que olvidar su función decorativa, dadas las posibilidades estéticas que se pueden implementar en estas puertas.
Ventajas de las puertas correderas
- Su función para conectar y/o separar estancias según nos interese en cada momento.
- Optimizan el espacio interior de cualquier estancia, teniendo en cuenta que una puerta abatible deja ‘muerto’ un metro cuadrado con su necesario arco de apertura.
- Generan sensación de amplitud cuando están abiertas, sumando metros cuadrados reales, algo que con una pared resulta más limitado.
- La dimensión del espacio es total en el punto de paso ya que normalmente las puertas correderas van de suelo a techo.
- Pueden llegar a resultar ‘puertas invisibles’ cuando quedan totalmente ocultas dentro de la pared (solo la guía del techo evita que esta percepción sea plena).
- Permiten una gran diversidad de acabados para adecuarse al estilo decorativo de la vivienda o al tipo de estancia.
- Mejoran el diseño de la casa, creando espacios dinámicos.
Desventajas de las puertas correderas
- Su cierre no es estanco, lo que significa que puede haber filtración de ruidos, olores y temperaturas.
- Exigen saber previamente dónde se van a colocar: si irá oculta (o encastrada) y para ello necesita de un doble tabique o si irá a la vista recorriendo la propia superficie de la pared.
- Son más caras que las abatibles, sobre todo las que requieren de obra para que quede oculta; además, esta opción suele trabajarse en proyectos de reforma integral u obra nueva.
- Restan espacio a la pared que sustituyen, la cual podría aprovecharse para poner un armario, instalar una barra de desayunos o cualquier otro elemento.
- El tirador necesita expresamente de la acción de la mano para abrirse y por ello resultan menos ergonómicas. Es decir, las abatibles en un momento dado, si llevas las manos ocupadas, puedes abrir la puerta accionando el pomo con el codo, por ejemplo.
Tipos de puertas correderas
Las puertas correderas ofrecen tantas posibilidades como las abatibles porque se pueden elegir con diferentes acabados, tamaños, etc., siempre dependiendo del objetivo que se busque.
- MADERA: este material da lugar a puertas correderas en madera maciza, tableros prensados MDF, de chapa o melamina. El acabado puede ser lacado o no y en el color que se quiera, o lisa con las vetas vistas o elegir un dibujo concreto geométrico o tipo mosaico. En cuanto al color, normalmente se opta por el mismo de la pared para que la integración sea mayor. Y si se elige el acabado natural de la madera se aporta más calidez y elegancia a la estancia. Las puertas correderas de madera suelen producirse con un grosor aproximado de 4,5 cm, algo que incrementa la prestancia a este elemento.
- CRISTAL: entre sus ventajas es que deja pasar la luz y garantiza la continuidad visual entre estancias aunque la puerta esté cerrada. El vidrio, que se puede producir a partir de 1 cm de grosor, puede elegirse transparente o con acabado traslúcido. Es muy habitual su elección para cocinas o para baños pequeños, por ejemplo, mayormente si están dentro de la suite y, sobre todo, si no cuentan con luz natural. Una opción muy de tendencia son las puertas correderas de cristal con cuarterones, con los perfiles de madera u otro material.
- ALUMINIO O METAL: son opciones ligeras, ideales para ambientes modernos o de estilo industrial.
- ESPEJO: teniendo en cuenta su doble funcionalidad como accesorio en el que reflejarse y para ampliar visualmente la estancia, resulta una idea muy recomendable para los vestidores, donde ya de por sí es bastante habitual colocar puertas correderas para separarlo del dormitorio o del baño.
- COMBINACIONES: siempre se puede optar por combinar diferentes materiales, personalizando las puertas correderas en virtud del proyecto.
La calidad de los componentes es fundamental
Es habitual que la instalación de puertas correderas se plantee ‘ad-hoc’ para ese determinado proyecto, de forma que las dimensiones de las mismas se encargan a medida, ya que mayormente, además, la altura va de suelo a techo. Y no hay que olvidar que hay proyectos que exigen que las puertas sean dobles.
Y tan importantes son las puertas como los diferentes componentes que estas precisan. El principal es el riel que ha de ser de alta calidad, teniendo en cuenta que ha de aguantar el peso de la puerta corredera. A efectos estéticos puede elegirse integrado en el techo si lo queremos discreto o con un acabado que decida realzarlo, por ejemplo, en otro color. Eso sí, la guía ha de ofrecer una nivelación perfecta si queremos que la puerta tenga un recorrido fluido y suave y los rodamientos también han de ser de calidad porque son los que sobrellevan el uso más o menos intenso del efecto ‘abrir-cerrar’ de la puerta.
Y luego están los tiradores que toda puerta corredera necesita. En su elección también influirá la tipología seleccionada, pudiendo estar integrados en la propia puerta a modo de uñero o similar con diferentes formas, o un tirador externo tipo asa o manillón, que los hay de diferentes acabados, tamaños y formas.
Otras opciones para separar estancias o ambientes
Podría decirse que las puertas correderas se consideran un elemento separador de ambientes que, en un momento dado, es capaz de aislar físicamente dos espacios, pero existen otros elementos menos invasivos que también nos pueden ayudar en este objetivo, tal como te contamos en el post sobre ideas para separar ambientes en tu hogar. O incluso optar directamente por paredes de cristal, en lugar de puertas.
Y, por supuesto, existen otros tipos de puertas que, sin ser correderas, su sistema se aproxima, como son las puertas tipo acordeón o las pivotantes, aunque estas últimas ‘roban’ mucho espacio.
Sea cual sea la idea que tengas en la cabeza sobre la posibilidad de instalar puertas correderas en tu casa, puedes consultarnos sin compromiso y te ayudaremos a aclarar tus dudas buscando la mejor solución.
© Todas las fotografías son de Mercè Gost