Decoración de estilo mediterráneo

Las construcciones que encontramos en torno al Mediterráneo presentan ciertas singularidades que las definen, como son sus paredes blancas, sus vigas de madera o sus suelos de barro. No podemos pasar por alto tampoco sus patios y terrazas que permiten disfrutar del sol, cuidar de las plantas que les dan color e invitar a tus amigos a grandes veladas. Una casa mediterránea está siempre abierta al exterior y a la naturaleza, pero también a la gente. Son, en esencia, acogedoras, pensadas para disfrutar de todo lo que la vida nos ofrece. Para ello hay que tener en cuenta algunos elementos claves, ¡apunta!

El color blanco o, en su defecto, tonos muy claros de colores tierras o azules son los elegidos para pintar sus paredes. Muros que en su versión más tradicional muestran un aspecto rústico irregular como la textura del trabajo del yeso, pero que es igualmente válido en lisas paredes más contemporáneas. Estas paredes también permiten dejar a la vista los materiales constructivos, obteniendo algunas paredes de ladrillo o piedra de lo más personales y decorativas.

Hay gran variedad de materiales para adoquinar los suelos de las casas mediterráneas. Para nosotros, uno de los más reconocibles es el azulejo de barro cocido, que bien puede presentarse en forma de grandes losas o de pequeñas piezas que, coloreadas o no, formen vistosos mosaicos. También es común encontrar suelos cubiertos con otros materiales como la piedra o, incluso, la madera.

Uno de los factores esenciales del estilo mediterráneo es la importancia de la luz. A las ya mencionadas paredes blancas podemos sumar la relevancia mayúscula de los espacios exteriores, ya sean terrazas, balcones, porches o, sencillamente, las ventanas. Eliminar cualquier elemento que obstaculice la luz, usar cortinas en tonos claros, y favorecer la continuidad entre el espacio exterior y el interior, haciendo los vanos tan grandes como sea posible. Colocar de manera inteligente espejos en las estancias de la casa multiplica considerablemente tanto la luminosidad como la sensación de amplitud.

Los elementos decorativos tienen una importancia capital a la hora de definir el estilo de nuestra casa. En este caso, deben estar escogidos con mucho tino, pues la sobriedad decorativa es una de las características típicas del trabajo de un interiorista en el estilo mediterráneo. La frase menos es más es muy acertada ya que, a través de contados elementos con aire natural, tradicional o marino nuestra vivienda alcanzará alma mediterránea. Sin lugar a dudas, estos son los detalles a los que debes prestar atención:

A priori, los tejidos que visten nuestra casa de estilo mediterráneo podrían parecer un elemento secundario, pero es mucho el peso decorativo que sustentan. Por ello, elegiremos telas confeccionadas con materiales naturales, principalmente lino y algodón, y entonados una vez más con la paleta de colores claros y naturales. Si bien es cierto que aquí puedes permitirte toques de color más potentes o estampados más vistosos en almohadones o manteles, como hicimos en Tinda’s en este proyecto en el corazón de la Costa Brava, apostando por los tonos azules.

Los muebles que podemos encontrar en interiores mediterráneos destacan por cierta sobriedad y economía de mobiliario. No son espacios abigarrados, sino que cuentan con los muebles necesarios realizados en materiales generalmente naturales. La madera es, evidentemente, la reina del mobiliario, pero también podemos encontrar mimbre o forja.

Hablar del Mediterráneo es hablar de naturaleza y alegría de vivir, y qué mejor muestra de ambas cosas que unas bonitas cintas, crasas o cactus en cada estancia de la casa o un delicioso bouquet de olorosas flores frescas que nos alegren el día. No obstante, si cuentas con un espacio abierto de cierta envergadura, contar con la belleza de los retorcidos troncos de un olivo nos transportará inmediatamente a paisajes puramente mediterráneos.

También es muy típico el trabajo tradicional de los alfareros, por lo que colocar en rincones, estanterías o en el patio piezas de barro como tinajas, jarras o platos de cerámica aportarán un punto artesanal.