Baños integrados en el dormitorio, un lujo al alcance de todos los diseños de interiores
Decimos ‘lujo’ porque hasta hace bien poco disfrutar de un baño integrado en el dormitorio solo podías hacerlo cuando te alojabas en algún hotel de diseño, generalizado bajo el concepto de ‘baño en suite’ o similar. Pero con el tiempo, esta idea se ha implementado en muchos proyectos de viviendas, convirtiéndose en una opción más accesible sin con ello perder ese punto de sofisticación y exclusividad, tal como se demuestra en muchos los proyectos del estudio de diseño de interiores de Barcelona, Tinda’s Project.
Existen muchas formas de integrar el baño en el dormitorio, debiendo tener en cuenta algunas consideraciones previas, así como algunas ideas para separar ambientes. La más importante es tener claro desde el principio qué partes del baño se van a mostrar totalmente abiertas y cuáles cerradas y, luego, elegir entre las diferentes opciones constructivas y de diseño para hacerlo posible, teniendo también presente las rutinas diarias de los usuarios.
Un diseño de interiores para baños muy personalizados
Es evidente que cuando se habla de integrar dos ambientes, el propio verbo ya nos indica que el resultado que se busca es unirlos bajo una misma estética, con una continuidad visual armónica, diferenciándolos pero no separándolos -ésta es la clave- y solo los mejores profesionales del diseño de interiores saben cómo conseguirlo.
En cualquiera de los casos, lo que se persigue es convertir el dormitorio en una estancia muy personal, ya que debido a que las necesidades en cada proyecto son distintas, también lo será el diseño de ese baño integrado. También se quiere potenciar en ese ambiente diáfano un espacio de confort acogedor y agradable, dado que se trata de las dos estancias más íntimas de la casa.
Y, por último, la comodidad ante todo. Son espacios de uso diario, por lo que han de resultar muy prácticos y funcionales.
De izqda. a derecha, imágenes de Pinterest (revista Micasa), Hotel The Serras Barcelona y Proyecto del estudio de diseño de interiores de Barcelona, Tinda’s Project.
¿Cuál es la mejor distribución en un baño integrado?
El primer paso es distribuir la superficie que disponemos para los dos usos, dando prioridad a los elementos imprescindibles que cada uno necesita; y en el caso del baño, cuáles queremos que estén cerrados. Entendemos que básicamente se trata del inodoro, a ser posible con salida exterior para los olores o, en su defecto, instalando un extractor.
También la ducha suele ser otra de las piezas que se precisa cerradas por cuestiones prácticas, aunque en este caso se recurre mucho a las paredes de cristal -ya sea en forma de cubo o junto a la pared- para evitar ese efecto encapsulado, o con vidrios que no llegan hasta el techo.
Proyecto del estudio de interioristas Barcelona, Tinda’s Project.
Las bañeras exentas, por su parte, son las protagonistas de los baños integrados en el dormitorio, situándolas normalmente en un lugar privilegiado para que destaquen.
La zona del lavabo suele ser la más fácil de integrar y se juega con ella para determinar la distribución general, ya que no requiere de aislamiento físico. Puede situarse en una zona de paso, junto al vestidor, detrás del cabecero, cerca de la cama, etc. Aunque eso sí, hay que tener en cuenta todo el tema de instalaciones, tomas de aguas, etc., como sucede para el resto de piezas del baño.
Muretes a media altura y zonas de paso prácticas
Una vez tenemos claro cómo vamos a distribuir e integrar los diferentes elementos del dormitorio y del baño, el siguiente paso es saber qué recursos del diseño de interiores se utilizarán, cuidando especialmente las zonas de paso para que sean generosas y prácticas. Dependiendo de la distribución éstas pueden estar totalmente abiertas o recurrirse a puertas correderas, visillos, etc.
Uno de los recursos más habituales es que la zona del cabecero sea un murete a media altura en cuya parte posterior se colocan los lavabos, por ejemplo. La parte superior de ese murete puede estar totalmente abierta o instalarse un cristal que amortigüe un poco el sonido del agua.
Es una forma de garantizar la continuidad visual, diferenciando ambos ambientes pero sin restar privacidad. La zona de paso puede darse por uno de los lados de la cama o por los dos, si se centra la cama, un detalle que se agradece cuando se trata de parejas.
Izquierda, imagen de Pinterest (El Mueble). Las otras dos corresponden a sendos proyectos del estudio de diseño de interiores de Barcelona, Tinda’s Project (©Mercè Gost).
Toma nota: pavimentos, revestimentos y otros trucos integradores
Otra fórmula para diferenciar ambos ambientes es disponer toda o una parte de la zona del baño en otra altura, recurriendo a un escalón. Se puede optar incluso por que los pavimentos sean distintos a los del dormitorio para realzar ese cambio o, por contra, mantener el mismo para potenciar la continuidad visual. Uno de los más recomendados son los suelos laminados blancos y grises, tan de tendencia, muy resistentes y cuyo tono neutro, además de incrementar la luminosidad, se integra perfectamente en cualquier estilo decorativo.
En este sentido, y hablando de recursos constructivos del diseño de interiores, los revestimientos son otra de las opciones que nos pueden servir para diferenciar partes de la zona del baño, como la ducha o el frente de los lavabos, siempre buscando su integración estética con el resto de elementos de la suite a través de los colores. Las tendencias en alicatados destacan que los claros son una apuesta segura.
El recurso de decorar con espejos también funciona muy bien, ya que a su efecto de potenciar la amplitud del espacio gracias a los reflejos, precisamente éstos ayudan a conectar visualmente unos rincones con otros aunándolos más si cabe.
De izqda. a derecha, imágenes de la revista Interiores (©Angélica Heras), Interiores (©Three birds enovations) y de Pinterest (Delightfull).